viernes, 23 de octubre de 2009

BRANDING

EL PODER DE LA MARCA COMO ELEMENTO DE DIFERENCIACIÓN

Hace unos años era impensable en nuestro país hablar de identidad corporativa en las pequeñas y medianas empresas. Hoy en día, es más importante que nunca desarrollar la imagen y proyección pública de estas organizaciones; una imagen coordinada y coherente se traduce en mayor competitividad y diferenciación. En este sentido, gracias al desarrollo de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC) es más fácil para una pequeña o mediana empresa ejercer su acción de comunicativa.

Cualquier empresa que aspire a mantenerse en el mercado del siglo XXI necesita pensar en su imagen -entendida como la representación mental que las personas tienen al respecto de una marca determinada-, crear y desarrollar su propia estrategia de comunicación dirigida a su público objetivo, de una manera coherente y coordinada, y utilizar los medios adecuados para proyectar una percepción positiva de la misma.

La diferenciación respecto al resto de productos o empresas es fundamental si se quiere tener peso en el mercado actual. Sin embargo, esto es cada vez más complicado pues día tras día aumenta el número de empresas nuevas que ofrecen productos cuyos costes y calidad son similares. Así pues, una de las claves empresariales en la actualidad se halla en el branding, en el poder de la marca como elemento diferencial.

La marca es mucho más que una palabra: representa la percepción de los clientes, el mensaje que reciben cuando piensan en una determinada empresa o en sus productos. Es necesaria para diferenciarse y competir. En este sentido, el branding, tiene una importancia fundamental: hoy no basta con una correcta gestión del producto, de la comercialización y de la comunicación, sino que además es necesaria una correcta gestión de la marca.

Las marcas influyen en los consumidores y son determinantes para influir en la decisión de compra. Por ello, resulta indispensable realizar inversiones en este sentido pues el simple hecho de que los consumidores las perciban poseedoras de una serie de valores que los atraigan, significa que rechazarán o tenderán a rechazar aquellas nombres que no los representen; aunque cambien los productos la marca permanece y de ahí la importancia de cuidarlas a través de un proceso de branding.
Las nuevas tecnologías se convierten en instrumentos que facilitan la realización de los procesos de branding. La Web constituye un medio de comunicación efectivo como espacio de actividad, transmisión y trabajo, donde el usuario recibe servicios directamente desde los sitios que visita. De esta forma, y a diferencia de otros medios de comunicación, a través de la red compañías pueden establecer una experiencia directa con el usuario, lo cual es una técnica de branding fundamental.

Las páginas Web tienden a mostrar la realidad de las organizaciones. Al visitarlas el usuario puede percibir como es la compañía que hay detrás de la misma, la calidad de sus servicios, la atención al cliente y la percepción de los mismos que tiene la empresa. En este sentido, hay que tener en cuenta la visibilidad del contenido del sitio y de su promoción directa, la ejecución técnica, contenido, vínculos, enlaces directos y las referencias en las redes sociales; aspectos fundamentales para capturar la atención del usuario.

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