lunes, 2 de marzo de 2009

Olores en Marketing ?? Darwin, Keynes

¿Alguna vez has paseado cerca de un cine y te han entrado unas ganas incontrolables de comer palomitas o te has comprado un coche y olía a nuevo???

Todo esto puede ser fruto de la utilización del marketing olfativo que juega con los olores para transmitirte mensajes sensoriales.

En un mercado sobresaturado por la publicidad dirigida a la vista y al oído, aparece una técnica revolucionaria, el marketing olfativo, que representa un paso más en las técnicas de marketing emocional, y utiliza el recuerdo asociativo que produce un aroma para meterse en la mente del consumidor.

Hay estudios que demuestran que el olfato es el más primitivo de los sentidos, y que el ser humano puede distinguir entre diez mil olores distintos, y recuerda el 35% de lo que huele, en cambio sólo recuerda un 5% de lo que ve.

El hombre/mujer tiene más capacidad para recordar una cosa por su olor que por su imagen y si utilizamos ambos métodos para potenciar el recuerdo de una marca, notaremos resultados extraordinarios.

Entonces, además del logotipo, una empresa puede tener su "odotipo" y oler a sí misma, y que los clientes recuerden su olor y, por lo tanto, su personalidad, sus valores, sus experiencias, y todo lo que les evoque la marca. Se creará un vinculo olfativo.

Ya hay algunas empresas que se han lanzado a aprovechar todas las ventajas del marketing olfativo, entre ellas encontramos a Telefónica, Pans & Company, Cinesa, AC Hoteles o Mango. Pero esto, en realidad está al alcance de todas las empresas.

Puede ser que el lector de este artículo tenga una empresa modesta y que piense que eso es sólo para las grandes y no es cierto, actualmente todas las empresas tienen un olor: a la máquina de café, al componente de una máquina, al producto de limpieza, a rancio..... pero se trata de un olor no buscado e incluso no deseado; a veces se trata simplemente de elegir un olor existente, que sea agradable y que consiga que se asocie a nuestra empresa. Es una forma sencilla y aromatica, de diferenciarnos de la competencia, en estos tiempos de crisis.

La teoría de la selección natural tiene mala fama. Sus postulados descarnados suelen confundirse con los planteamientos políticos más conservadores.

El mal llamado darwinismo social, al que se opuso el propio Darwin, propugna que en los periodos de crisis económica sobrevivan los más aptos en detrimento de los colectivos socialmente menos adaptados.

Por el contrario, para las modernas teorías del management, influidas probablemente por un siglo de social democracia en todo el mundo, se tiende a probar que cualquier grupo empresarial o sociedad humana es tan fuerte como el más débil de sus eslabones.

Es más: los que han retomado el legado de Charles Darwin creen hoy que las especies fronterizas que deben hacer un mayor esfuerzo para adaptarse a un entorno hostil, están mejor entrenadas y preparadas que otras, para sobrevivir a cualquier catástrofe.

Tras lo cual, ya lo dijo el famoso economista John Maynard Keynes, “la verdadera dificultad en cambiar el curso de cualquier empresa, no esta en desarrollar nuevas ideas, sino en escapar de las anteriores”.